El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, más conocido como el VIH/SIDA, es una enfermedad que ha sido una preocupación global durante décadas. Esta afección es causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y se caracteriza por debilitar el sistema inmunológico de una persona, lo que lo hace más vulnerable a infecciones y enfermedades. A pesar de los avances significativos en la prevención y el tratamiento, el VIH/SIDA sigue siendo un desafío de salud importante en todo el mundo.
Uganda ha tenido una historia emblemática en la lucha contra el VIH/SIDA, una de las pandemias más devastadoras de la era moderna. Durante la década de 1980 y principios de la década de 1990, Uganda fue uno de los países más afectados por la epidemia del VIH/SIDA en África y en todo el mundo. Sin embargo, a lo largo de los años, el país ha logrado notables avances en la prevención y el control de la enfermedad, convirtiéndose en un ejemplo de éxito en la lucha contra el VIH/SIDA.
Para prevenir la propagación del virus, es esencial promover prácticas sexuales seguras, promover la educación y concienciación sobre la reducción de riesgos y la eliminación del estigma y la discriminación hacia las personas con VIH/SIDA.
Desde 2015 estamos trabajando en Uganda con varios proyectos Farmasol, de suministro de medicamentos, atención médica y programas de salud específicos.
Respecto a la lucha contra la transmisión del VIH, llevamos tres años desarrollando un proyecto para el tratamiento y prevención de personas afectadas por el sida y otras enfermedades crónicas, en el Centro de Salud Mother Angioletta Memorial Health Centre II en Omoro, al norte de Uganda. Un centro gestionado por la congregación de las Little Sisters of Mary Immaculate.
Nuestra actuación consiste en detectar y tratar la enfermedad, aparte de ofrecer atención personalizada para lograr así una mejor integración de los afectados en la sociedad, ya que debido al estigma creado son apartados de las actividades de la comunidad.
A siete años para alcanzar el objetivo de 2030 de poner fin al sida como amenaza para la salud mundial, aunque lejos de alcanzarlo, seguimos trabajando con la ilusión de que alguna vez logremos el objetivo.