Aprender a leer y escribir es un derecho fundamental para cualquier ser humano. Tener la capacidad de entender y darse a entender mediante las palabras escritas y no depender de nadie es un derecho a la libertad de expresión de los individuos. Además, en los países en vías de desarrollo es un factor indispensable para el progreso del individuo y las sociedades.

A pesar de este derecho fundamental, en el mundo sigue existiendo un importante porcentaje de personas que no tienen la oportunidad de aprender.

Es así como nuestros proyectos ponen especial énfasis en la formación, no solo en la alfabetización elemental, sino en el acompañamiento durante las etapas de formación del individuo a partir de su más corta edad.

La Fundación ha contribuido en la construcción de guarderías, escuelas, centros de formación profesional, otorga becas educativas de diversos grados, paga el salario de profesores y el mantenimiento de instalaciones, pues la educación sigue siendo una de nuestras acciones más relevantes en lo que se refiere a niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad. En este sentido también colaboramos en la creación y ampliación de escuelas, garantizamos la nutrición de los estudiantes y en ocasiones, los centros de formación también son internados para que los niños no tengan que recorrer largas distancias durante el curso escolar.

Así, 1.500 alumnos acceden anualmente a escuelas de calidad y seguras.