Estamos tan habituados a abrir un grifo y disponer de agua limpia —fría o caliente, según lo necesitemos— que olvidamos que este recurso natural, cada vez más escaso, es motivo de graves conflictos en muchas partes del mundo.
En diversas regiones, los niños expresan a través de sus dibujos la dura realidad que enfrentan al recolectar agua en bidones, que luego llevan desde las fuentes construidas, en este caso, por nuestra Fundación en Turkana, Kenia. Lo que parece una tarea sencilla y segura en otros lugares, en estas zonas se convierte en una actividad peligrosa.
En algunas comunidades, la búsqueda de agua se realiza bajo condiciones tan peligrosas que, para evitar ataques, es necesario ir armado. Esto se debe a que la sequía extrema ha agudizado las tensiones entre grupos, que luchan ferozmente por el acceso a este bien esencial. Mantener el suministro de agua para el ganado y garantizar su propia supervivencia lleva a enfrentamientos violentos, convirtiendo el agua en un recurso por el que se lucha para sobrevivir.