Uno de nuestros objetivos, presente en todas nuestras actuaciones, no es otro que facilitar la autogestión de las iniciativas que implantamos en las comunidades en las que llevamos a cabo nuestros proyectos.
Favorecer el desarrollo económico de las comunidades, es un elemento indispensable para el éxito de los cambios y mejoras proporcionadas en los lugares donde estamos presente.
En concreto, la cultura turkana es tradicionalmente nómada y, el 90 % de su población malvive del pastoreo. La carencia de infraestructuras hace patente la necesidad del desarrollo de una “arquitectura propia”, basada en materiales y mano de obra propios y perfectamente adaptada al clima y a la cultura local, factor indispensable para facilitar el autodesarrollo en Turkana por los propios Turkanas.
En este sentido, este año hemos invertido nuestros esfuerzos en la ampliación de una fábrica de ladrillos ubicada dentro de las instalaciones de la Misión Católica de Nariokotome en la costa oriental del lago Turkana.
La construcción, ya terminada y en servicio, cuenta con tres naves almacén, una vivienda-oficina y un baño-ducha para empleados. Además, el recinto está protegido con una valla de seguridad y un portón de entrada. Al mismo tiempo hemos renovado las herramientas y rehabilitado demás elementos indispensables para el funcionamiento de la fábrica.
Hoy en día en la Fábrica de Nariokotomet se fabrican ladrillos cerámicos y de trabadillo (combinación de cal y yeso) para la construcción de muros y bloques de tierra comprimidos como solución más económica posible para la creación de este elemento, indispensable para la construcción. Su fabricación es manual, y una vez hecho el molde, se hornean para conseguir la rigidez y consistencia necesaria para que la construcción sea fuerte y robusta.
La producción de ladrillos facilita economizar el presupuesto de las construcciones, ha creado 13 puestos de trabajo permanentes y otros 60 intermitentes. Unos beneficios que repercuten directamente en la comunidad, estableciendo así, un nuevo modelo productivo generador de ingresos en la zona de Turkana.
En concreto, la Fundación usa estos ladrillos para la construcción de los abrevaderos que se ubican junto a los pozos perforados en el proyecto AGUAY+.
Este proyecto junto a otros 13 que desarrollamos en la región, forman parte del macroproyecto “Intervención Turkana”, atendiendo así las necesidades desde diversos ángulos como sería la educación, la salud, el acceso al agua, la mejora agrícola, y el desarrollo económico.